Rev. Enzo Pellini
Domingo de Pascua de Resurrección- 17.04.2022

Juan 20:11-18
“Pero María estaba afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro, y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados donde el cuerpo de Jesús había sido puesto; uno estaba a la cabecera, y el otro a los pies. Y le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?» Les dijo: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto.» Tan pronto dijo esto, María se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí; pero no se dio cuenta de que era Jesús. Jesús le dijo: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.» Jesús le dijo: «¡María!» Entonces ella se volvió y le dijo en hebreo: «¡Raboni!» (que quiere decir, «Maestro»). Jesús le dijo: «No me toques, porque aún no he subido a donde está mi Padre; pero ve a donde están mis hermanos, y diles de mi parte que subo a mi Padre y Padre de ustedes, a mi Dios y Dios de ustedes.» Entonces María Magdalena fue a dar las nuevas a los discípulos, de que había visto al Señor, y de que él le había dicho estas cosas”.
La noticia más sensacional de la historia de la humanidad: la resurrección de Jesucristo el Hijo de Dios. ¿Es esta una noticia sensacional para ti?
¿Qué es una noticia extraordinaria para ti? ¿Cuáles son las buenas noticias?
Seguramente que, cada uno de nosotros tiene distintos parámetros para definir que son buenas noticias. Todos más o menos compartimos que son buenas noticias. Como la palabra lo dice, es todo aquello que sea bueno. Y qué hace que algo sea ‘bueno’. ¿Qué significa la palabra bueno? Que es agradable que, brinda beneficios que, produce felicidad.
Beneficio y felicidad, son las dos palabras claves dentro de la palabra “buena” noticia. ¿En qué me beneficia a mí como cristiano la noticia de la resurrección? La resurrección es la prueba de que Jesús fue lo que dijo ser: El Hijo de Dios, el mesías esperado, el enviado al mundo de parte de Dios, el embajador de Dios. Cuando Jesús resucita, les demuestra a sus discípulos, a todos sus seguidores y al mundo de su entonces que, él en verdad, tenía un poder divino, y que daba crédito a todo lo que había predicado. La resurrección indica, y me indica, también a mí hoy que, toda la fe y esperanza que yo deposite en la palabra de Dios la Biblia, no me defraudará, porque está probado que es verdad.
Que Jesús haya resucitado, significa que hay una garantía en la palabra de Dios, que Jesús es verdadero y que él cumple lo que él promete.
Que Jesús haya resucitado quiere decir que, la palabra de Dios es confiable y verdadera, que la palabra de Dios es honesta y poderosa. Esa es la parte beneficiosa de conocer la buena noticia de la resurrección.
Y la parte feliz de esta buena noticia es que, esto debería alegrarme de tal modo que, mi vida en esta tierra ya no debería ser más infeliz. No tengo motivos para vivir infeliz. Sabiendo que, nuestra existencia en esta tierra es un tiempo acotado y limitado y que para todos viene un final, tendríamos que saber que, la buena noticia consiste en que, más allá de esta muerte física hay una resurrección de los muertos, como decimos en nuestro Credo. Esa es la buena noticia.
Poder vivir a diario la buena noticia es el secreto para vivir ya a partir de esta vida una vida feliz. Y otra vez, quiero formular esta pregunta: ¿Eres feliz? ¿Estás viviendo una vida en felicidad?
Si de veras crees en el hecho de la resurrección, aunque no estés viviendo la vida que el mundo dice que, es una buena vida, igualmente, no deberías tener motivos para vivir infeliz. Esta vida, así como la conocemos es una vida fugaz, temporaria. Lo que más importa es qué sucederá más allá de esta vida. Si puedes vivir cada uno de tus días en la perspectiva de la vida eterna por delante, tu vida aquí en la tierra cambiará drásticamente para mejor. Si de veras puedes depositar tu confianza en el hecho de la resurrección, en la providencia y bendición de Dios que, comienza ya aquí en la tierra, en el momento que decides creer en Cristo, como el Hijo de Dios.
Hay muchas personas que buscan evidencias históricas que, apoyen la resurrección.
Podemos simplemente recordarlo hoy:
- Hay muchos que dicen que Jesús no murió. Jesús tuvo que soportar los latigazos romanos, donde incluso muchas personas morían durante éste. Estuvo clavado en la cruz por espacio de seis horas. ¿Un hombre en tal condición podría haber movido una piedra de sepulcro de quizás tonelada y media? Los soldados romanos estaban bien convencidos que Jesús murió, sino no lo hubieran bajado de la cruz. Si ellos hubieran permitido que un prisionero escape, hubiesen corrido el peligro de la pena de muerte. Además, cuando los soldados descubrieron que Jesús estaba efectivamente muerto: “uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante le brotó sangre y agua” (Jn 19:34). Esto parece ser la separación de coágulo y suero que, hoy se entiende como evidencia médica clara que Jesús estaba muerto. El evangelista Juan no escribió esto sin razón; él no poseía este conocimiento, lo que hace más poderosa la evidencia que Jesús estaba realmente muerto.
- Algunos decían que los apóstoles robaron el cuerpo y luego esparcieron el rumor que Jesús había resucitado. Sin contar con el hecho que la tumba estaba vigilada, esta teoría es psicológicamente improbable. Los discípulos estaban deprimidos y desilusionados en el momento de la muerte de Jesús. Hubiera tenido que ocurrir algo extraordinario para transformar al apóstol Pedro en el hombre que, predicó en Pentecostés cuando se convirtieron 3000 personas. Además, si uno piensa todo lo que los apóstoles tuvieron que sufrir: látigos, torturas e incluso algunos la muerte, parecería inconcebible que pudieran estar preparados para afrontar todo esto por algo que ellos sabían que no era verdad.
- Algunos otros decían que, las autoridades habían robado el cuerpo. Esto parece ser lo menos probable de todo. Si las autoridades habrían robado el cuerpo, ¿por qué no lo mostraron cuando se corría el rumor que Jesús había resucitado de los muertos? Quizás la prueba más fascinante de evidencia relacionada con la ausencia de Jesús sea la descripción de las ropas de Jesús en el sepulcro que, hace Juan. En realidad “tumba vacía”, es un nombre incorrecto. Cuando Pedro y Juan van a la tumba encuentran sus ropas allí. Es como si Jesús hubiese pasado a través de sus mismas ropas. No es una sorpresa que Juan lo viera y creyera (Jn 20:8)
- Sus apariciones a los discípulos. Es que fueron quizás alucinaciones. Las alucinaciones generalmente suceden en personas muy aceleradas, muy imaginativas y nerviosas o en gente que está enferma o drogadictos. Los discípulos no encuadran dentro de esta categoría. Rudos pescadores, recolectores de impuestos y escépticos como Tomás no es probable que alucinaran. Además, la gente que alucina, luego deja de hacerlo. Jesús se apareció a sus discípulos en once diferentes oportunidades, en un período de seis semanas. La cantidad de veces y la cesación de éstas hace improbable que se tratara de alucinaciones. Además, más de 500 personas vieron a Jesús. Una persona puede alucinar, o incluso dos o tres. Pero es poco probable que, 500 personas hayan alucinado lo mismo. Además, las alucinaciones son cosas subjetivas, no hay en ellas una realidad objetiva; es como ver un fantasma. Pero a Jesús lo pudieron tocar. Comió pescado (Lc 24:42,43) y en una ocasión hizo el desayuno para sus discípulos. Comieron y bebieron con él (Hch 10:41) Tuvo largas conversaciones con ellos, enseñándoles muchas cosas acerca del reino de Dios (Hch 1:3).
- El efecto inmediato. El efecto de la resurrección de Jesucristo de los muertos, como uno podría esperar, tuvo un impacto dramático en el mundo. La iglesia nació y creció a un ritmo increíble. De un puñado de pescadores a ‘conquistar’ el imperio romano en trescientos años.
- La experiencia cristiana. Millones de personas, durante muchas eras, pudieron vivir al Cristo resucitado en sus vidas. Gente de toda raza y pueblo, clases sociales, económicas, intelectuales, etc.
Podemos decir que como dice CS Lewis:
“Aquí, estoy tratando de evitar que alguien diga realmente la cosa más tonta que la gente a menudo dice acerca de Él: “No tengo problema en aceptar a Jesús como un gran maestro moral, pero no acepto su afirmación de ser Dios”.
Esa es la única cosa que no debemos decir. Un hombre, que fue simplemente un hombre y que dijo las cosas que Jesús dijo, no pudo haber sido un gran maestro moral. Habría sido, o un lunático — al mismo nivel del hombre que se dice ser un huevo revuelto – o de lo contrario sería el Demonio del infierno. Usted debe hacer su elección. Este hombre, o era, y es, el Hijo de Dios: o de lo contrario un loco, o algo peor. Usted puede descartarlo como loco, puede escupirlo y matarlo como a un demonio; o puede caer a Sus pies y llamarle Señor y Dios. Pero no vengamos con ninguna tontería condescendiente acerca de que fue un gran maestro humano. Él no nos dejó esa salida. No era su intención”.
Si a mí hoy me dijeran, aun así, no hay pruebas científicas comprobables que Jesús resucitó, no las necesitaría, pues sé que Jesús vive en mí, pues lo siento, lo experimento, hablo con él todas las mañanas y las noches. Si quieres una evidencia que Cristo resucitó, deberás aceptarle, creer en él, comenzar a confiar en él y tendrás la prueba más fuerte que él vive. Podrás experimentar su Amor, su Poder y la realidad de una relación que te convenza que él realmente está vivo.
Esas son las buenas nuevas de la Pascua de resurrección, no lo busques más en lo humano, búscalo en lo espiritual y podrás experimentar su resurrección en tu propia vida. Amén
